Una breve interpretacion de la cristologia en latinoamerica
En nuestro contexto geográfico, debe mencionarse que en América Latina se han desarrollado propuestas en cuanto a la visión de Jesús en sus distintas dimensiones. Básicamente son posturas que tienden voluntaria o involuntariamente a ligar un "prototipo de Jesús" en forma paralela a la realidad latinoamericana.
Se ve a Jesús como un servidor de los desposeídos, de los mas necesitados y rechazados. Situación que se alinea bastante con la realidad latinoamericana contemporánea.
Esto puede apreciarse como un saludable intento por establecer un nexo entre la figura de Jesús y la realidad actual de nuestro continente. No obstante, podría ser erróneo proyectar esta visión de Jesús de manera generalizada para todo el mundo, pues la realidad humana de nuestro continente no es la misma que la de otros lugares donde la figura de Jesús de Nazareth ejerce mucha influencia.
Algunos intelectuales de la teología han tenido participación importante en el desarrollo de las teorías de la cristología en latinoamérica , dentro de los cuales podemos citar a cristologos latinoamericanos como Leonardo Boff y Jon Sobrino quienes son considerados por autores como Francisco Avendaño como "verdaderos maestros" debido a su trascendental aporte renovador y transformador de la cristología en latinoamérica
En torno a los aspectos de fe que enmarcan todo tema teológico, debe mencionarse que Jesús cumple un rol dual, pues mucho se habla de la fe que los cristianos tenemos en Jesús, mas no suele dimensionarse correctamente el componente de la fe manifestada por parte de Jesús.
La realidad de Jesús dista mucho de la realidad humana que podemos imaginar, por lo que desde su contexto particular como humano, Jesús fue desarrollando y construyendo su propia fe. Un proceso que fue bastante complejo y difícil de entender en términos de nuestra realidad humana.
Sin embargo, en aras de conseguir al menos, un entendimiento general de lo que es este complejo proceso; se han identificado dos etapas que de alguna manera se describen en los evangelios y que han desarrollado la historia de fe de Jesús.
Una primera etapa que denomina como "etapa formativa" en la que Jesús se muestra como una persona tradicional y un judío racional que lleva una vida apegada a las normas de un pueblo.
Aquí Jesús funge como una voz alentadora para los mas necesitados y los oprimidos, siendo un eco de la vos de Dios para todo un pueblo y siendo un motivador para que otros se unan a su visión esperanzadora.
En una segunda etapa se dan situaciones sumamente convulsas en las cuales se ven concretizadas en la entrega de su propia vida y que incluso, pone en Jesús una serie de cuestionamientos y dudas hacia si mismo y hacia lo que tuvo que vivir en ese especifico (y humanamente inentendible) momento. Sin embargo, su propia muerte puede ser vista como la cristalización de un acto único e incomparable de fe. (Hago hincapié que este acto único y e incomparable no es ni debe ser comprensible para los humanos)
Este hecho nos hace meditar y reflexionar en torno a lo que es nuestra fe y la forma en que la manifestamos y lo que es la fe de Jesús y su forma de profesarla, dándose a nivel religioso o espiritual el anhelo por imitar la valentía de Jesús y la forma en que se entregó.
Todo ello nos hace valorar mucho nuestra fe, el liderazgo espiritual de Jesús, viéndolo como un ejemplo a seguir y un modelo de persona inalcanzable.
Sin embargo, no debe perderse de vista que Jesús tuvo que lidiar con factores distorsionantes en el ejercicio de su fe. Pues en su vida cotidiana se desarrollaron situaciones comprometedoras para su ser; hablamos de disputas, luchas de poder, cuestionamientos y eventualidades que pusieron a prueba su ego, su capacidad, su integridad y su valor. Jesús, lejos de eludir dichos problemas y hacerse a un lado, afronto su realidad, sus situaciones y circunstancias.
Algo admirable y ejemplar, pero que no es sujeto a interpretaciones o juicios de valor que se puedan hacer en y desde nuestro contexto sociocultural actual.
